dimarts, 6 de novembre del 2012

La jeraquía católica española ante los desahucios

   De todos es archiconocido, a través de los diversos medios de comunicación, el terrible drama humano que están viviendo miles y miles de ciudadanos en España y sus familias, como consecuencia de las ejecuciones hipotecarias.

   Desde el año 2008, desde el inicio de la crisis actual, hasta la fecha, han tenido lugar en nuestro país más de 350.000 desahucios. Actualmente, según datos de la "Plataforma de Afectados por la Hipoteca", se producen en España 566 desahucios cada día. El sindicato Comisiones Obreras informa que en la Comunidad de Madrid los desahucios han aumentado, desde 2008, un 144%. Todo ello nos da idea de la dimensión y de la gravedad del problema.

   Ante esta delicada situación, es obvio que todos nos preguntemos cómo han reaccionado y cómo están reaccionando los distintos sectores de la sociedad española.

   En lo referente a los políticos, la verdad es que hasta la fecha su actuación y reacción frente a esta situación ha sido más bien escasa y nada efectiva, lo cual acrecienta aún más la gran frustación de los españoles en relación a la clase política.

   El gobierno del Partido Popular, a través del ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, ha implantado el llamado "Código de Buenas Prácticas", el cual, a nuestro modo de ver, ha constituido un rotundo fracaso, dado su carácter voluntario en cuanto a su aplicación por las entidades financieras y porque el mismo es de aplicación muy estricta al ser bastante exigente respecto a las condiciones que deben cumplir los afectados, por lo que han sido y son muy pocos los ciudadanos que pueden acogerse a tales medidas.

   Durante estos días se ha conocido la "buena noticia" de que el Partido Popoular y el Partido Socialista van a intentar consensuar una norma que permita al menos paliar el problema. Veremos en que queda todo ello.

   Los sindicatos UGT y CC.OO en Andalucía están preparando una Iniciativa Legislativa Popular para que el Congreso de los Diputados acepte la "dación en pago" de la vivienda de manera que las entidades financieras "paguen su responsabilidad por especular".

   Izquierda Unida, a través de su grupo parlamentario IU-ICV-CHA, ha presentado una serie de iniciativas parlamentarias contra los desahucios. Asimismo, el grupo parlamentario socialista ha presentado una proposición de ley con la que pretende "parar" los desahucios al permitir renegociar la deuda con las entidades financieras como se hace con las empresas.

   Un grupo de siete jueces, por encargo del Consejo General del Poder Judicial, ha elaborado un informe en el que denuncian los abusos del sistema legal de desahucios español, proponiendo toda una serie de medidas  o "soluciones escepcionales", hasta un total de dieciocho, entre ellas poder otorgar moratorias en el pago de las cuotas en casos como desgracias familiares, paro, accidentes de trabajo, larga enfermedad, etc., y también que la dación en pago signifique que, con la entrega de la vivenda, se cancele el crédito. Plantean también que se establezca un mecanismo que permita al deudor permanecer en su vivenda satisfaciendo un canon, etc. Lamentablemente, el Consejo General del Poder Judicial se ha desmarcado de este informe.

   También, en el plano judicial, hay que decir que varios jueces, en algunas Comunidades Autónomas, están intentando sortear la dura ley del desahucio con "veredictos vanguardistas", aunque muchos de ellos, por desgracia, son anulados por instancias superiores.

   Muchos colectivos y grupos de ciudadanos y movimientos sociales de todo tipo están llevando a cabo acciones y protestas en defensa de los desahuciados y exigiendo un cambio de normativa que evite los mismos.

   Todos sabemos la enorme influencia y "poder" que la Iglesia católica ha ostentado y continúa ostentando en España, además de proclamarse seguidora de las enseñanzas de Jesús de Nazaret. Así como en algún blog anterior hemos hecho referencia a la postura de la Iglesia española en temas tales como la reforma laboral, es lógico que nos preguntemos cuál es la actitud de la misma ante un problema tan acuciante como el de los desahucios que afecta a tantos y tantos ciudadanos españoles.

   Es verdad que, afortunadamente, en el seno de la Iglesia católica española se dan actitudes muy encomiables. A título de ejemplo, nos referimos a algunas de ellas.

   El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, considera que los desahucios son "algo inmoral" y que "estamos viendo como los bancos continúan desalojando familias de sus hogares, al mismo tiempo que estas entidades financieras acumulan decenas de miles de pisos vacíos que no son capaces de vender ni alquilar". "Es algo inmoral, al mismo tiempo que absurdo", añade el prelado vasco

   El teólogo José Antonio Pagola afirma, entre otras cosas, en una entrevista reciente: "Se nos ha dicho: Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios ". "¿Cómo se hace compatible esto con la implicación social y el compromiso en casos, por ejemplo, como las protestas ante los desahucios y los abusos de la banca? La Iglesia jerárquica no vive indignada como Jesús. Sin embargo debería ser centinela sensible al sufrimiento de los débiles, que sale instintivamente en su defensa, animando a las comunidades cristianas a estar cerca de quienes necesitan ayuda para vivir con dignidad: los parados, las familias sin ingreso alguno, los desahuciados, los inmigrantes excluidos de la asistencia sanitaria...".

   Pepe Reig, por su parte, nos dice: "Vimos hace años a los obispos salir a la calle en cruzada contra la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Se trataba de imponer contenidos religiosos a todos los alumnos... o puede que solo se quisiera impedir que los hijos de la democracia fueran educados en los valores de la democracia... Allí estaban ellos en compañía del partido hermano, el PP, invadiendo las aceras. Los vimos también vociferando contra el derecho de los homosexuales al matrimonio... Francamente, uno esperaba verlos salir indignados contra los desahucios, contra la eliminacióm de las barreras de protección de los humildes ante el infortunio y la explotación... Resulta evidente que la Iglesia de los pobres se ha vuelto invisible cuando los pobres más la necesitan. ¿Qué les pasa a los obispos?¿Qué le preocupa hoy a esa jerarquía, tan activista en otro tiempo?".

   Y Patrocinio Navarro, en su artículo titulado ¿Por qué calla la Iglesia?, afirma, entre otras cosas, que, "en la dolorosa situación por la que atraviesan algunos pueblos de Europa. como el nuestro, llama la atención el silencio clamoroso de una Iglesia que contempla indiferente y silenciosa como se hunde el país y aumentan los desahucios, la pobreza infantil y el hambre entre las familias". "¿Acaso puede llamarse cristiana una Iglesia que calla ante los atropellos a los pobres y desfavorecidos y no abre sus arcas para dar en lugar de sus manos para recibir?".

   Y, ¿cuál ha sido hasta el momento la actitud del más alto representante de la jerarquía católica en España, el Presidente de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Antonio María Rouco Varela?

   Según algunos medios de comunicación, recientemente permitió el desalojo por parte de la policia de varias personas que habían sufrido el desahucio de sus viviendas, de la catedral de la Almudena. ¿Es ésta la ayuda que esperaban los afectados de una iglesisa que se llama seguidora de Cristo?

   Además, en una entrevista de hace pocos días en la COPE, el Cardenal Arzobispo de Madrid, ante la grave situación social que sufren los desahuciados, manifestó que "La ayuda que van a encontrar la van a tener por un camino o por otro, deben sentir que estamos muchos preocupados por ellos, que queremos ayudarles de una manera eficaz y se está haciendo, que se reza por ellos, es muy importante rezar, el señor les va ayudar". Rezar y pedir a Dios por los necesitados es muy legítimo y está muy bien pero, sinceramente, ¿cree el Presidente de la Conferencia Episcopal que solo con ello se arregla el problema?

   No es que seamos muy optimistas respecto de lo que podemos esperar de nuestros políticos en la cuestión que nos ha ocupado, pero, si fuéramos parte de los desahuciados, ¿habría motivos para la esperanza, para creer en una solución o mejora de nuestra situación ante la postura de la jerarquía católica española?¿De verdad la jerarquía católica española está al lado de los necesitados, obligación que parece desprenderse de las enseñanzas de Jesús?
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